jueves, 2 de mayo de 2019

Nostalgia de la antigua Europa

El día que nos dejen, Europa habrá perdido a dos de sus mayores leyendas; el día que decidan marcharse, Europa habrá perdido una parte de su esencia; el día que cuelguen las botas... Europa volverá a ser lo que era.

El 14 de agosto de 2002 debutaba en el Sporting de Portugal un jovencísimo Cristiano Ronaldo. Dos años después, un 16 de octubre de 2004, Lionel Messi hacía lo mismo con el Barcelona. Su eléctrico fútbol y su talento sin límites captó enseguida la atención de un continente que aún se alimentaba de figuras ilustres como la Zinedine Zidane, Ronaldinho o Pavel Nedved. Ahora, quince años después, imaginarse el fútbol sin cualquiera de los dos resulta inconcebible (dejemos de lado la eterna disputa sobre quién de los dos es mejor. Yo tengo mi propia opinión al respecto). Aún así, es evidente que su final se acerca. ¿Cuándo llegará? Eso no lo sabemos. Lo que sí está claro es el inmenso vacío que dejará su adiós.
El United pagó 19 millones al Sporting de Portugal para fichar a un talentoso joven de dieciocho años | Foto: AtilaTheHun
Cuando llegue ese momento, habrá que conformarse con los vídeos de YouTube y esas jugadas que solo la PlayStation es capaz de recrear. Y sin embargo, me atrevo a decir, que el posterior panorama- son cosas que solo entiende la lógica de este deporte- será fascinante. Parece una locura, ¿verdad? Dejen que me explique.

Antes de la llegada de Leo y Cristiano, Europa vivió una época en la que Real Madrid y Barça -olvídemonos de esta última campaña de los blancos- no eran los únicos equipos que conquistaban Copas de Europa. El número de candidatos al título no podía contarse con los dedos de una mano, y hasta resultaba complicado decretar el ganador del mítico Balón de Oro. Solo hace falta echar un vistazo a los datos para darse cuenta de que así era. (Por cierto, por si alguien tiene alguna duda, este año lo ganará el argentino. Seguro). La tiranía de Messi y Ronaldo ha 'paralizado' al mundo del fútbol. La Champions ya no es en cierto sentido lo que era, ni lo será hasta que los dos hayan dicho basta.

¿Acaso no recuerdan con nostalgia ese tiempo en el que más de una decena de equipos se disputaban cada año el trono europeo? El Arsenal de Henry; la Juventus de Pavel Nedved; el Bayern de Effenberg; el Real Madrid de Zidane; el Barça de Ronaldinho; el Manchester United de Van Nistelrooy ; el Milán de Kaká; la Roma de Totti... No eran los únicos jugadores que destacaban en sus respectivos equipos, pero podríamos erigirlos como grandes emblemas de los mismos. Por supuesto, antes que ellos hubieron muchos otros: Platini, Van Basten, Weah, Baggio, Cruyff, Di Stéfano... Era una Europa más entretenida, mucho más disputada. Regía la democracia.
Totti, una de las figuras de aquella Europa en la que aún no habían aparecido Messi y Ronaldo | Imagen libre de derechos
No se me enfaden. Todos, yo el primero, hemos disfrutado como nunca con la manera en que estos dos colosos manejan el balón. Y seguiremos haciéndolo. Pero, tal y como lo veo yo, su retirada no será tan dramática. 

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